EUROPA
PRESS
18 febrero
2017
Investigadores de la Universidad de Indiana en Bloomington
(Estados Unidos) han descubierto que las mujeres que logran perder peso tras la
menopausia tienen un riesgo mucho menor de cáncer de endometrio durante los 11
años siguientes, en comparación con las que siguen pesando lo mismo.
En
concreto, el estudio publicado en la revista 'Journal of
Clinical Oncology' muestra
que las mujeres que logran perder al menos un 5 por ciento de su peso de forma
intencionada tienen un riesgo un 29 por ciento menor de desarrollar este tumor,
y el efecto fue aún más pronunciado en mujeres que eran obesas, donde el riesgo
se redujo hasta un 66 por ciento.
"Decidimos
hacer el estudio porque nos dimos cuenta de que, aunque la obesidad aumenta el
riesgo de cáncer de endometrio, no se sabía si una pérdida de peso
intencionada, especialmente en mujeres mayores, podía reducir ese riesgo",
según ha reconocido la autora del estudio, Juhua Luo.
Este
tumor es el cáncer ginecológico más común en Estados Unidos y el cuarto más
frecuente entre las mujeres, afectando al 2,8 por ciento de la población
femenina, según datos del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, en sus siglas en
inglés). Estudios previos han determinado que la grasa corporal aumenta el
riesgo de este tumor ya que aumenta el nivel de estrógenos.
En la
investigación analizaron datos de más de 36.000 mujeres de entre 50 y 79 años
que participaron en un estudio a largo plazo en el que todas fueron pesadas al
comenzar la investigación y tres años más tarde, preguntando también si habían
tomado medidas para perder peso en ese periodo. Tras un seguimiento medio de 11
años, un total de 556 mujeres fueron diagnosticadas de este tumor.
Con
respecto a las mujeres cuyo peso se mantuvo estable, los investigadores
encontraron que las mujeres que bajaron algunos kilos eran significativamente
menos propensas a desarrollar cáncer de endometrio, mientras que las que
ganaron peso aumentaron su riesgo entre un 8 y 23 por ciento.
Si se gana peso, el riesgo aumenta
Y en
las mujeres que no habían utilizado terapia hormonal sustitutiva para los
síntomas de la menopausia y aumentaron de peso, el riesgo aumentó en un 30 por
ciento.
"Nunca
es tarde para perder peso si se consigue además reducir el riesgo de cáncer,
incluso aunque uno sea mayor", ha asegurado Luo.
El
estudio sólo tuvo en cuenta a mujeres mayores, pero Luo cree que es razonable
pensar que estos efectos pueden beneficiar también a las mujeres más jóvenes,
aunque habrá que hacer nuevos estudios que lo confirmen.
"La
mayoría de las mujeres con cáncer de endometrio son diagnosticadas en una fase
precoz y se asocian con una alta tasa de curación. Sin embargo, a pesar de esto
la incidencia de estos tumores está aumentando y, como consecuencia de esto,
las muertes también aumentan", ha reconocido el jefe de Oncología
Ginecológica de la Universidad de Columbia, Jason Wright, en un editorial que
acompaña al estudio.